Cuando la fragilidad
Cuando la fragilidad
y la dureza
cobran igual amistad,
con un solo poema,
pocos son ellos mismos.
Y yo tengo aquí,
en este pequeño Madrid.
Pero no solo.
Uno, pero no humillado.
Uno, feliz de una alegría
que contagia cada día
a pesar de anomalías
que le harían mal “callado”.
Y por cayado ya tiene
la fe de muchos amigos.
No en balde ha cultivado
sí, uno,
en sus colegas, simientes.
Eso estamos: delicados.
Fran: tienes saber de igualarnos.
Que no decaigan sonrisas,
y nos traigan,
de repente,
repentinas,
esas queridas amigas.
8/5/06
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